Conciertos ante la nueva ola covid-19, ¿cuáles son las premisas?
Si hay una costumbre que ha cambiado por completo a raíz del covid-19 han sido las celebraciones. Cualquier cosa que suponga una concentración de personas hoy, sin que pudiéramos ser conscientes hace solo unos años, supone un auténtico dilema, la completa incertidumbre de cómo llevarlo a cabo.
Los conciertos, como evento que ha castigado el coronavirus hasta el punto en que muchos grupos se han separado, discográficas que han cerrado y salas que daban su último adiós, siguen estando en boca de todos. A un paso de una posible nueva ola, ¿podrá haber una recuperación real?
¿Cómo serán los conciertos después de la pandemia?
Como respuesta a esta pregunta ya hemos tenido algunas demostraciones. Cuando la situación se relajó, las vacunas se pusieron y el mundo parecía haber recuperado un poco de normalidad, algunos grupos se animaron a hacer conciertos aunque fuese con limitación de aforo y distancia de seguridad.
Con bastante suerte, en España vimos cómo durante el verano se hicieron algunos festivales de música -los grandes como Mad Cool, Primavera Sound o el FIB optaron por dejarlo todo para el año siguiente- y, de alguna forma, se entraba de nuevo en esa vieja costumbre del contacto o de estar con el otro.
Separados con sillas, rejas y con el uso obligatorio de la mascarilla, nos encontrábamos con un escenario que, si bien seguía pareciendo futurista, nos animaba a un reencuentro con aquellos tiempos no tan lejanos. Hoy, casi metidos en el bucle una vez más, ni siquiera sabemos qué es lo que pasará para 2022.
Pasaporte covid-19, ¿la salvación de la música?
Durante los meses de verano, con la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19 puesta, fueron muchas las esperanzas que se depositaron en la recuperación de la música en vivo, en esa idea de que todo iba a “ser como antes” Con el pasaporte en la mano, como si un avión fuéramos a coger, todo era mucho más fácil.
Sin embargo, tan solo unos meses más tarde vemos como una nueva cepa se viene instalando en España y, si bien todavía los datos no son alarmantes, existe un miedo atroz a volver a lo mismo, a aquello que nos modificó la vida para siempre y que mantuvo a la población entre confinamientos y toques de queda.
Esto, que de alguna forma crea desesperanza para los organizadores de conciertos, es algo que tenemos que ir viendo conforme pase el tiempo puesto que todavía es demasiado pronto para pensar en lo que los informativos están advirtiendo en estos días. Con cautela pero sin perder el entusiasmo, seguro que disfrutamos mucho más.
¿Es seguro ir a conciertos tras la crisis del covid-19?
Las aglomeraciones quedaron prohibidas con la declaración del estado de alarma y, en esas fases en las que hemos estado confinados, los grupos de personas se reducían en función de lo que el gobierno consideraba que no era “peligroso”. En esta etapa los conciertos, como evento de masificación de gente, quedaron suspendidos.
Con el paso del tiempo vimos cómo, respetando unas nuevas normas de seguridad, se hicieron espectáculos en los que había grupos de personas separadas las unas de las otras así como también se instalaron vallas e higienizar al máximo las zonas en las que iba a hacerse la media concentración.
Los conciertos ante la nueva ola de covid-19 son una completa incertidumbre porque, aunque hay fechas ya programadas para 2022, de entrar en una nueva crisis sanitaria casi se volvería a empezar con lo que vivimos hace ya más de un año. Cruzando los dedos, esperamos que esta cepa no solo no se propague demasiado sino que no sea de la dureza que ya hemos conocido. ¿Volveremos a “lo de antes” algún día?